Ir al contenido principal

La cofradía de los roneros

Ese domingo en algun lugar de Caracas quedó fundada una nueva iniciativa, la Cofradía de la Caña de Azúcar. Somos muy pocos todavía pero tenemos un apasionado objetivo común: rendirle honores al Ron, el producto más emblemático que une a todos los que vivimos a orillas del Mar Caribe y cuya proyección internacional es imparable.

El Ron, junto al chocolate y al tabaco, son sinónimo de la máxima expresión del terruño caribeño, pero el caso del Ron es el más universal y a la vez el más local de los tres productos ya que podemos encontrar extraordinarios productos en cada país y en cada isla de la región con un nivel de distinción e innegable personalidad propia.

La Cofradía de la Caña de Azúcar tiene un ideario bien simple, pretendemos conocer todos los rones que se elaboran, tanto de los venezolanos como los de nuestros vecinos, experimentar con ellos para disfrutar, comparar y distinguir las características principales tanto en su método de elaboración, calidades y envejecimiento como de la influencia de su cultura nacional.

Consideramos que la riqueza y variedades del Ron es tan inmensa que los mejores ofrecen una experiencia tan sublime como los whiskys de malta más destacados o los mejores exponentes del cognac. Encontramos además en el Ron una variedad de registros tan profunda según sus orígenes y elaboraciones que creemos firmemente que estamos ante un universo de sensaciones organolépticas que supera en originalidad a la mayor parte de los licores del mundo.

La Cofradía se nutre de las aportaciones de sus miembros gracias a los múltiples viajes que varios de ellos realizan a paises vecinos. Esperamos poder ofrecer una crónica de las catas comparativas más interesantes para conocimiento de los interesados.

Comentarios

  1. Una cofradía como la de los piratas??? Interesante jajaja

    ResponderEliminar
  2. Aja, y como se hace para formar parte? , imaginate, he trabajado con rones, chocolates y tabacos, sino me interesará el tema...

    ResponderEliminar
  3. llamame Jordi, el pirata "barba BLANCA" jajajaj

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Olio di Sansa di oliva: Estafa en los anaqueles

¿Alguien me entiende cuando digo: " Setze jutges d'un jutjat mengen fetge d'un penjat "? En realidad no digo nada, es solo una frase para poner a prueba a los que intentan aprender pronunciación catalana. Pues bien este "trabalenguas" tiene un significado tan oculto como el producto que se esconde tras las etiquetas de botellas de " olio di sansa di oliva ". El mercado venezolano va a inundarse de este tipo de aceite "de oliva". La empresa que gestiona los permisos sanitarios de mis productos comentaba esta semana que en el Ministerio de Salud existía una gran cantidad de expedientes pendientes de aprobación de aceite de orujo de aceitunas. La razón principal es que el precio del aceite de oliva virgen ha subido mucho por la escasez provocada por las heladas del pasado invierno en la cuenca mediterranea, por tanto muchos importadores se han decidido a incorporar un subproducto derivado de la aceituna que podriamos catalogar como el más in...

Pedir la cuenta en un restaurante, un signo globalizado

¿Cómo pides la cuenta en un restaurante? De Barcelona a Toquio, de Nueva York a Buenos Aires, a menos que el camarero esté a nuestro lado y verbalicemos la petición, el signo que realizamos es un código fundamental de la cultura humana global: los dedos pulgar e índice unidos acompañado del movimiento rápido y en vaivén de la mano con el brazo ligeramente alzado hasta conseguir la atención y asentimiento del servicio del restaurante... por mucho que le doy vueltas, no encuentro otro signo gestual más universal y difundido que este, posiblemente solo superado por el SI o el NO gesticulado con la cabeza al comprobar si el contenido de la cuenta es el esperado.

Lapa horneada y guisada

Hoy tuve un dia demasiado complicado, muchos compromisos de última hora con mis clientes antes de tomar unos días en familia. Bien avanzado el mediodia todavia no había comido nada y recalé en un centro comercial cercano al aeropuerto de la Carlota. Estaba citado con un amigo en una tasca española para comer unos callos a la madrileña pero se habían terminado, de modo que salimos en búsqueda de otras tasquitas donde saciar el vicio común por este manjar. En una de las tasquitas escondidas en la jungla de cemento, no diré nombres, leia en la carta "propuesta del cazador"... pregunté y el mesonero sigiloso y escueto dijo un nombre: "Lapa" Mi amigo venezolano me miró con los ojos abiertos, lleno de ilusión me dijo: "es ilegal, pero es buenisima", recordé la inolvidable experiencia con la sopa de "aquel animal que vive con su casa a cuestas" en la peninsula de Paraguaná, también ilegal en su captura y comercialización... no hay nada más atractivo par...