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Platero y Yo


Investigadores japoneses han desarrollado un robot catador de vinos. El artilugio, que ha sido bautizado como 'robot sumiller' o 'wine-bot', puede 'catar" e identificar distintos tipos de vino, y además posee la capacidad de discernir y analizar comidas. De 60 centímetros de altura, ha sido desarrollado por NEC System Technologies y la Universidad de Mie, y se sirve de luz de infrarrojos para identificar sabores diferentes. El robot podrá incluso personalizarse para recomendar a su propietario los vinos que mejor conecten con su paladar.
noticia de http://elmundovino.elmundo.es/elmundovino

En cuanto leí esta fabulosa noticia, me puse en contacto con el profesor Hideo Shimazu, director del Laboratorio de investigación de NEC, lo pasé mal al principio porque hacía tiempo que no hablaba japonés (no pude localizar a Takeshi en Mérida para que me ayudara). Supliqué que me permitieran poner a prueba el robot, exageré diciendo que era el Nariz de oro de Venezuela (que me disculpe mi amigo Leo Dadazio por haber usurpado su título emerito e indiscutible), al final pude convencer al japonés con una invitación de 5 días a la posada Mediterraneo de Los Roques... no hay nadie que se resista al archipiélago y a los guisos de Elena Battani.

Compré un billete directo a Tokyo, llené mi maleta con unos cuantos vinos de distinta procedencia, previamente catados por mi y anotados en el cuaderno de cata. El viaje a Japón desde américa es algo más corto que los que hice durante tantos años desde principios de los 90. Llegué a Narita, en el trayecto entre el aeropuerto y el centro de la ciudad pude descubrir lo mucho que ha cambiado la capital en diez años. La cita con el profesor Shimazu se concretó para la mañana siguiente, estaba ansioso. Por la noche abrí un Gran Claustro para confirmar que los vinos estaban en perfecto estado, esa noche no pude dormir, estaba excitado y nervioso ante el enfrentamiento con la nariz de un robot.

Al llegar al centro de investigación de NEC me recibió el doctor Shimazu con una reverencia convencional y pidiendome los pasajes para Los Roques. Me invitó a un te verde y me explicó con todo detalle la naturaleza de la investigación. "Wine-bot", asi llaman al robot, es infalible, contaba el profesor. En su memoria tiene los registros de 35.000 vinos, se conecta por wireless a la web de Robert Parker y a Decanter para actualizar tendencias, catas y novedades del mercado. Le han introducido información de 186.567 recetas y datos sobre los ingredientes de todo el planeta. Me contaba el profesor que el robot ha desarrollado una inclinación natural hacía la cocina molecular y hacia los Barolo, cuando prueba uno que le gusta "wine-bot" emite un ruidito muy característico: "mmmmmmmm, oiiiiiiiiiiiiiiiishiiiiiiiiiiiiiii" (que bueeeeno).

Le expliqué al profesor mi interés en poner a prueba a "platero", ese fue el sobrenombre que le puse cuando vi su naturaleza, Shimazu sonrió con la boca pequeña, como hacen los japoneses cuando están seguros de la victoria. Me advirtió que no era el primero en haberlo solicitado, antes Patricio Tapia, Jesus Flores, Robert Parker y la Mijares habían intentado derrotar en cata a ciegas al "Deep Blue" de los vinos sin éxito.

Entramos en una sala vacía, con una mesa blanca y tres sillas, las copas Riedel perfectamente dispuestas y las botellas que habia traido estaban alineadas y tapadas con papel oscuro tal y como yo las preparé la noche anterior. Se abrió la puerta y otro profesor llevaba en brazos a "platero", el robot dirigió un escueto "goooood moooorning". Pude adivinar en la solapa metálica del ingenio cibernético un pin de los chevaliers du Tastevin de la Bourgogne y en la espalda una dedicatoria de Ferràn Adrià, resulta que en junio "platero" estuvo invitado en El Bulli y todos en Cala Montjoi quedaron impresionados por sus capacidades de maridaje.

Sin más preámbulos, servimos el primer vino, "'Platero" alarga el brazo, toma la copa, mueve el contenido, y se enciende una luz en su coraza, es el sensor.... zzzzz zzzzzzz zzzzzzz zz zzzz durante cuatro segundos toma información del contenido de la copa... gira su cabeza hacia mi y con voz metálica emite su veredicto:

"daaaaark amber-coooolored Tokaaaay boasts coooooolossal aromaaaaatics and flaaaavors of melted caaaaaramels, coooooffee, toffee, candied fruits marinaaaaaaated in cognac, magnificent riiiiiiiiiiichness, and a huge finish that lasts over 70 seeeeeeeeconds"

... quedo estupefacto, pero le pregunto sobre la bodega y la localización geográfica del vino...

"Ruthergleeeeen, Victoooooooria, Austraaaaalia. Produceeeeeeeer R L Buller.

y añade, sin preguntarle...

"This bleeeend represents the neeeeewest bottled offerings from this Rutherglen produuuucer, an area that produces spectaaaaacular fortifieds, especially the Muscats and Tokays. Its freshness, good aciiiiiidity, soaring aromaaaaaatics, and unctuous flavors must be tasted to be beliiiiiiieved"

El profesor Shimazu me mira buscando mi aprobación, todavía estoy impactado por la precisión del análisis, todo lo que ha dicho es cierto, y además me recomienda tomar el vino con un postre de frutos secos. Por un momento pienso en los restaurantes de Las Mercedes dentro de 5 años cuando el robot sea más económico que mantener en plantilla a sumillers, me imagino al robot en la cocina hablando con el chef, creando un maridaje completo de la carta en 3 segundos y sobre una amplia variedad de precios....

Con los 3 vinos tintos sucede extactamente lo mismo... Gran Claustro Castillo Perelada, Gaja y Cos d'Estournel... solo me queda una botella, la última de la prueba, el vino más especial que encontré y la gran esperanza para la humanidad !!!!!!!!!!!!

"Platero toma la copa, repite los gestos anteriores... cierro los ojos esperando su respuesta... de pronto el silencio... "Wine-Bot" queda paralizado durante varios segundos, el profesor se levanta asustado, ajusta unos tornillos en la espalda del robot, llama por teléfono a alguien, en trenta segundos la sala se llena de investigadores japoneses con bata blanca... "Profesor, dice un japonés gordete, wine-bot está procesando información, esperemos unos segundos"

La espera se hace tensa hasta que "Platero" suelta la copa, mira a todos en la sala y titubeante responde con preguntas:

"¿Es un viiiiiiiino del nueeeeeevo muuuuuuuundo?"
"¿Suelo arcillooooooooso?, ¿calcaaaaaaareo?... ¿pizarroooooooso?
¿roble americano?, ¿nuevo?, ¿usado?, ¿sin roooooble?
"¿Petiiiiiiit verdoooooooot?, ¿syraaaaaaaaaah?, ¿tempraniiiiiiillo?... hace un repaso de mas de 300 varietales

Está desconcertado, un humo blanco sale de su cabeza de metal, "Not found, Not found, Not found" repite sin parar... intentan desconectarlo pero sale corriendo por la sala, agarra un destornillador del 7 y se hace el Hara-Kiri delante de todos los presentes... un sepulcral silencio recorre toda la sala, el profesor Shimazu está sollozando en una esquina. Aprovecho la confusión para sustraer la botella y desaparecer del laboratorio con mucho sigilo.

Tomo un taxi directo al aeropuerto. Ya en el avión quito el papel oscuro que tapaba la botella, a mi lado estaba sentada una venezolana y cuando ve la botella exclama: ¡ Eres venesssssssolaano !

Le invito a una copa del Viña Altagracia, de Syrah, mourvèdre y tempranillo, de bouquet delicado, aromas frutales y florales... Esa noche soñé que Vladimir Viloria me regalaba un Petrus del 61

Comentarios

  1. Anónimo4:49 a. m.

    jajajja, genial!

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  2. Anónimo12:26 a. m.

    Vaya que eres genial Oriol Serra...Qué hiciste con ese Petrus 61 del sueño...?
    VV

    ResponderEliminar
  3. Querido amigo, nos lo tomamos tu y yo !!!!!!

    ResponderEliminar

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