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la recomendación es crítica

He seguido con mucho interés el debate sobre la crítica gastronómica que en estos días ha tenido especial relevancia en Caracas. Como autor de varias recomendaciones de restaurantes de Venezuela y de otras latitudes me ha servido para hacer reflexión sobre mi propia labor bloggera.

Ir a comer a un restaurante está asociado a "momentos" que van desde la solución a un problema logístico como un menú ejecutivo en las cercanías del lugar de trabajo al reencuentro social y festivo bajo el espacio común de unos manteles. Así como decimos que no hay un mejor vino sinó uno perfecto para cada ocasión, en el caso de la oferta de restaurantes de una ciudad sucede exactamente lo mismo.

Como consumidores deseamos que un medio de comunicación de confianza, sea un periódico, una guía especializada o un personaje con una reputación labrada en su ámbito social, nos simplifique el camino entre la magnitud de la oferta y nos enseñe un atajo para encajar nuestras espectativas a la oferta existente. En general todos estos productos tienen el valor innegable de la catalogación: que hay de nuevo, que sigue existiendo, donde está y como contacto y solo por el hecho de mantener actualizada la oferta disponible ya se justifica la adquisición. A partir de aquí el criterio y valoraciones de su linea editorial estará sometido eternamente a la crítica de la crítica y jamás lloverá al gusto de todos: "a mi me fue bien en ese lugar y en la guía no lo valoran como merece".

Por poner un ejemplo podriamos hablar del carácter neutro de La Guía del Ocio en España y de las guías con juicos de valor como las ediciones nacionales de la Guia Michelin o en el caso venezolano la Guia Gastronómica de Caracas de Miro Popic.

Como consumidores debemos ser conscientes que por el volumen de análisis de que dichas publicaciones no se puede profundizar en la investigación de la evolución de la oferta de cada restaurante como si se tratara del comportamiento diario del bolivar paralelo frente al dólar y por eso cuando somos afines y fieles a un restaurante en concreto muchas veces las valoraciones de una guía nos parecen incompletas si la nota que recibe el restaurante de nuestras pasiones no alcanza una cota que creemos merecida.

Para este formato de producto el trabajo del restaurante queda marcado por la visita del periodista en el peor o mejor día del lugar en caso de que por el ámbito de la muestra sea tan generalista que impida regresos continuados del crítico a gran parte de la oferta durante el periodo de investigación.

En el extremo opuesto se situarían las guías selectivas, aquellas que resaltan lo que consideran más destacado en un ámbito de estudio, buenos ejemplos serían Lo Mejor de la Gastronomía en España, organizada por capítulos tan concretos como los mejores restaurantes de Arroces, tortillas, bacalao. A este ámbito pertenecerían las columnas periódicas que aparecen en la prensa diaria y las revistas especializadas que ponen el foco en un restaurante o autor en concreto. En este caso la diferencia radica en "existir", el ser o no ser de un restaurante entre la élite de su ámbito de comparación y tiene la enorme fuerza de la Recomendación.

En el ámbito estrictamente privado cada uno de nosotros practica como deporte el boca a boca, el de la experiencia directa y el de la interpretación asimilada indirectamente, en todos los casos bajo el protagonismo de la subjetividad tanto del emisor como del receptor. Con estas armas recomendamos o desaconsejamos la visita a un restaurante, el descorche de un vino o el más reciente estreno cinematográfico. En este terreno la recomendación tiene credibilidad cuando la afinidad entre los interlocutores es elevada pero cuando los intereses son dispares se produce mucho ruido y pocas nueces, decepciones en el receptor de la información por la distinta apreciación del mensaje y eso incluso conlleva en el peor de los casos a difundir rumores que desvian más y más la flecha de la diana.

Posiblemente ese el gran defecto de la mayoría de los blogs en internet, en muchos casos se nos atribuyen cualidades de medio de comunicación más o menos masivo cuando en realidad somos espacios de expresión del individuo que ejercen una recomendación dirigida a un universo que considerado afín pero el problema empieza cuando las afinidades son superfluas, entonces la recomendación es crítica y los profesionales de la restauración quedan publicamente indefensos según el grado de distorsión entre las capacidades de comprensión del crítico o el humor de perros que ese día traslade a la computadora.

Hace mucho tiempo decidí no exponer en este medio comentarios negativos de aquellos restaurantes en los que no he disfrutado de la experiencia según el criterio de mis íntimas espectativas y gustos personales. Solo expongo las experiencias gratificantes porque es lo que me motiva a continuar sentado frente a la máquina. No quiere decir que el resto de la oferta sea mala sinó contraria a mis intereses.

Si el idilio de un cliente con sus restaurantes favoritos se basa en un modelo de restauración con unas características muy estrictas de la oferta, tanto en el tipo de comida como en los complementos formales que acompañan la compra del servicio, evidentemente tendrá un ámbito muy reducido de satisfacción y por este motivo las cualidades de su recomendación deberán enterderse en esta estrecha afinidad porque según esa mentalidad todo lo que no encaje en ese modelo se convierte instantaneamente en crítica negativa.

En lo personal, el hecho de haber recomendado apasionadamente un número limitado de lugares o momentos en este blog no significa que la mayoría de la restauración de mi ciudad no me haya gustado quizás es que he visitado menos de los que puedan pensar, que me falte por descubrir lugares maravillosos o haya obtenido una razonable satisfacción en la gran mayoría.

No se puede por tanto comparar este blog personal ni la mayoría de los de mis colegas de afición con una guía generalista que ejecuta un plan de trabajo que ninguno de nosotros puede abarcar o con la linea editorial de un medio de prensa especializado. La credibilidad de lo que ofrecemos deberá entenderse desde la exclusiva afinidad que sea capaz de generar.

En este supuesto el valor de la recomendación no es crítica , es recomendación.

Comentarios

  1. 100% de acuerdo... se me ocurre una idea. Y si hacemos la guía de Los restaurantes de CCS vistos por dos catalanes??? Por cierto, yo pienso seguir diciendo dónde he comido mal. A veces es necesario ;)

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  2. Hola Oriol! saludos desde San Cristóbal, acabo de leer un artículo y pensé en ti. Aunque tal vez ya hayas leído sobre eso, bueno igual te lo paso :p.. Besos que estes bien :)

    http://www.portafolio.com.co/bienestar/entretenimient_portafolio/2008-05-15/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_PORTA-4165007.html

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