Hoy se celebra en Catalunya la verbena de Sant Joan, bienvenida oficial al verano por ser el solsticio. Para la noche más corta del año los pueblos y ciudades del Mediterráneo catalán y valenciano se levantan hogueras para quemar todo lo que ya no sirve y limpiar la casa y el espíritu. Niños y no tan niños lanzan petardos y cohetes como grandes alicientes en la calle en una noche de desenfreno que más bien recuerda la noche vieja tal y como se celebra en América Latina.
A nivel gastronómico, en las casas no puede faltar un postre intocable cuya receta y apariencia se pierde en la noche de los tiempos: la Coca de Sant Joan. Una masa de pan de gran formato que recuerda a la pizza (por no decir que la pizza es la versión salada de la coca) en la que tradicionalmente se colocan coloridas frutas confitadas, piñones, azúcar y crema.
En estos postres tan típicos la capacidad de innovar de los grandes maestros de la pastelería contemporánea es muy limitada, el cliente quiere la coca de siempre y con el formato de siempre y los grandes nombres del mundo dulce no tienen más remedio que adaptarse si quieren hacer un día de ventas espectaculares, porque se venden en Cataluña casi dos millones de cocas en un solo día y a precios de gran fiesta.
En otros terrenos de la pastelería tradicional los autores más relevantes si han podido proponer nuevas formas, texturas y conceptos por la naturaleza bastante más abierta de la celebración, el caso más espectacular serían las Monas y huevos de Pascua de chocolate, famosos son los huevos de Pascua de Oriol Balaguer, marca de la casa.
La navidad también admite desde hace años ciertos juegos para valientes gracias al formato de los turrones y al hecho de que en la mesa navideña siempre han convivido en los postres 3 o 4 turrones distintos para satisfacer a toda la familia, a los Jijona, Alicante o crema quemada tradicionales para las viejas generaciones de cada familia se le unen innovaciones y creaciones de alta gastronomía en donde prácticamente lo único reconocible es el formato de ladrillo plano, el resto es inventiva, como las colecciones que cada año presenta Dolç de Yann Duytsche.
Pero Sant Joan sigue teniendo una problemática insuperable en el terreno de la innovación, más allá de lograr gracias a la técnica que la coca sea de excelente sabor y textura. Se unen las familias y grandes grupos de amigos y normalmente aparece una o dos cocas para todo el grupo, por el gran formato de este postre pocos se atreven a aparecer con una coca de autor que provoque rechazo comunitario porque todos comerán de la misma pieza.
Para constatar este hecho y luego de un amplio repaso en la red resulta imposible localizar a "aventureros" de la pastelería profesional ofreciendo para esta noche opciones rompedoras de gran formato, pero afortunadamente si localizamos creaciones de coca de pequeño formato o consumo individual, como la de la imagen superior que propone la pastelería Bubó, una coca de ganache de vainilla a la Tonka, namelaka de Guanajá y crujiente de avellanas.
La más divertida que he encontrado lo es por el concepto la COCA EXPLOSIVA de la diseñadora y cocinera Marta tal y como la presenta en su web www.unamamadisenadora.com propone diversión y unir en el producto gastronómico la esencia de la celebración del Sant Joan con los petardos y fuegos artificales.
Esperemos que año a año podamos seguir celebrando esta singular fiesta con nuevas propuestas de coca para celebrar también un San Joan de Alta pastelería creativa. Feliz Sant Joan a todos!!!!
Comentarios
Publicar un comentario